sábado, 8 de octubre de 2011

DIAGNÓSTICOS ERRÓNEOS EN LA ALTA CAPACIDAD INTELECTUAL

He de reconocer que me resulta curioso. ¿Por qué suele resultar más común la tendencia a buscar un trastorno cuando la realidad va por otro camino? Creo, honestamente que el tema va más allá de una especie de "empeño patologizador" de todo lo humano. Más bien creo que el problema radica en un "empeño simplificador", que reduce lo concerniente a la inteligencia en meras conductas observables, sin importar lo que subyace a las mismas, es decir, el porqué, la explicación, el motivo por el que esa persona hace lo que hace, siente lo que siente, en definitiva, razona lo que razona.
Por eso desde la psicología también debemos pugnar por un cambio paradigmático, o más bien, retomar cuestiones propias de un paradigma ya existente y no precisamente "novedoso" (aunque a veces, por la práctica actual, parece olvidado), que en lugar de restar importancia al contenido inteligente, se la otorga toda: el Constructivismo.

He rescatado este artículo de Webb, Amend et all. Me gustaría pedir, como suele ser habitual en mí, una lectura profunda. Me refiero a empaparse de conocimiento, pero no sólo asimilando el contenido, sino aportando de un@ mism@... pros y contras, acuerdos y desacuerdos... en definitiva, pensamiento crítico y constructivo.



¿Por qué los niños superdotados están recibiendo tantos diagnósticos erróneos?

Existen 2 razones principales. La primera, es la falta de conocimiento específico por parte de los profesionales. Consecuencia de ello, confunden ciertas características de la superdotación con uno o más desórdenes.

 


Los asesores psicopedagógicos de los colegios, los profesores y otros profesionales como los psiquiatras, psicólogos y pediatras reciben poca formación específica que les permita distinguir entre los comportamientos que se derivan de la superdotación de los que se derivan de los desórdenes diagnosticables del comportamiento (Harnett, Nelson y Rinn, 2004; Silverman, 1998).
 
Los ámbitos de la educación y de la psicología, así como otras áreas del cuidado de la salud, han ignorado durante mucho tiempo el campo de los niños y adultos superdotados y con talento -aquellos con una creatividad e imaginación substancialmente por encima de la media-. Aunque los niños y adultos retrasados han sido, durante mucho tiempo, sujeto de extensa investigación científica y estudio, en la práctica y entrenamiento clínico, se ha puesto mucho más énfasis en individuos que muestran dos o más unidades de desviacion por debajo de la media que en personas que muestren dos o más desviaciones por encima de la media habilidad. Los esfuerzos en le diagnóstico y el énfasis en los niños y adltos superdotades, dentro del campo de la psicología, han sido episódicos y menores (Hayden, 1984; Horowitz y O´Brien, 1985); la publicación de la Asociación Nacional de Niños Superdotados (EEUU, 2002) cita las necesidades de la investigación científica adicional en muchas áreas.
 
En segundo lugar, hay desórdenes, como la depresión existencial o la anorexia nerviosa, que son más probables de darse entre ciertos grupos de niños o adultos superdotados, por lo que los diagnósticos de estos desórdenes son, por tanto, mucho más necesarios (Neihart, 1999; Piirto, 2004; Webb, 199, 2001).
 
¿Cuántos de estos desórdenes son el resultado de la interacción entre el temperamento y el entorno? Los problemas inducidos por el entorno no se deberían considerar simplemente ocmo "patologías de origen desconocido". Cambiando el entorno pueden tratarse efectivamente muchas situaciones, En nuestra opinión,los profesionales de la salud podrían proveer de un mejor tratamiento si incorporasen a su planteamiento el conocimiento de la manera de funcionar la mente diferente de la persona además de su entorno, sea el entorno familiar, el del colegio o el de su lugar de trabajo.


También hemos de resaltar otro problema que influye potencialmente en la precisión de los diversos diagnósticos. Determinadas características de los niños superdotados llevan a los profesionales de la salud y de la educación, -no especializados-, a ignorar un desorden subyacente. Es decir, las características de la superdotación son confundidas con las de otra situación, haciendo que los diagnósticos y la intervención no sean precisos. Por ejemplo, la genialidad de un niño o joven puede encubrir una falta de habililad para aprender determinados temas. Esta situación puede producirse durante diversos años, porque el niño superdotado puede absorver el material escolar simplemente escuchando, mirando o combinando su creatividad con astutas adivinanzas.
 
Muchos padres han descrito cómo sus hijos superdotados han usado sus habilidades verbales para "tratar de engañar" a los padres o al terapeuta haciéndoles creer que no hay problemas o incluso que los padres, en sí mismos, son el problema. Los  niños superdotados no suelen describir sus propios "atajos" o estrategias, y puede que minimicen o añadan un aspecto positivo en los problemas, po rlo que dificulta al terapeuta a la hora de acertar en los problemas de verdad.
 
Algunos niños superdotados tienen una historia de disgnósticos múltiples o hasta conflictivos, sugiriendo que el problema es bastante severo o que el niño no encaja claramente en una categoría de diagnóstico. Si los diagnósticos sólo se basan en comportamientos comunes de superdotados, el niño podría acumular una larga lista de diagnósticos, donde cada uno atiende unos pocos aspectos de la personalidad del niño, pero no la describe plenamente.



Por ejemplo, hemos visto niños superdotados a los que se les ha dado simultáneamente los diagnósticos de Desorden Oposicional-Desafiante, el Desorden Obsesivo-Compulsivo, Desorden Bipolar y el Desorden de Asperger. Tales diagnósticos múltiples, sirven para enmascarar, estigmatizar y reforzar la sospecha de que "tengo algún problema".
Los niños superdotados ya son excepcionales por naturaleza, y exhiben dramáticamente ciertas características de comportamiento, por lo que se hallan ante mayor riesgo de recibir múltiples diagnosticos que frecuentemente son erróneamente considerados como si se tratara de que el niño tuviera determinadas dificultades severas.

7 comentarios:

  1. Muy interesante lo que planteas, Sonia. Es cierto que madres, padres y docentes nos quedamos muchas veces con lo particular de las conductas y no somos capaces de considerarlo globalmente, quedando así el diagnóstico en reducciones simplistas, y por lo tanto erróneas e injustas.
    Más aún si hablamos de las altas capacidades, porque hay que admitir que est@s niñ@s son los grandes olvidados del sistema educativo, los recursos se vuelcan en reforzar por abajo, nunca por arriba.
    Me niego a aceptar que unas necesidades sean más especiales que otras, ¡tod@s y cada un@ de mis alumn@s son especiales!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu aportación, Laura. Siempre tus opiniones y comentarios me resultan gratificantes, porque dan pie a seguir aprendiendo, reflexionando acerca de cualquier tema.
    Y concretamente en este, ya que tal y como has dicho, parece haber en ocasiones un empeño en reforzar por debajo, por eso cuando nos planteamos tener ante nosotr@s a un@ niñ@ con alta capacidad intelectual, parece como si casi de manera inmediata surgiera la "necesidad" de buscar algo en lo que no vaya bien, en lo que cojee (a veces da la sensación de que lo que se busca es demostrar que NO es "perfect@")... y ahí es donde se proporciona el apoyo, en lugar de buscar una perspectiva más global para que en todo caso el apoyo sea efectivo.
    En este caso, sólo se están poniendo tiritas, cuando puede que no haya ni tan siquiera herida. Pero la piel, a fuerza de ser tapada con una tirita, no respira adecuadamente, así que llega un momento en el que se daña tejido que en un principio, estaba sano.

    ResponderEliminar
  3. Sonia, como ya sabes he pasado por esto que describes, y al final llego a la conclusión única de que tratamos de encasillar en lo conocido, muchos quebraderos nos podían haber ahorrado y mucho tiempo si hubiéramos sabido antes que pasaba realmente. Es un tema muy difícil de solucionar y creo que segiran mal diagnosticando por mucho tiempo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Sonia me lo copio, los errores en los diagnósticos de estos niños son un constante y como dice Ramón no parece que vaya a mejor. Yo dejaría de diagnosticarlos e intentaría identificarlos , es semántica pero a veces hasta estos matices ayudan. Quizá entradas como estas contribuyan a cambiar esta tendencia...intento ser optimista.

    ResponderEliminar
  5. Ramón, ya sabes que pienso que el problema (a parte del encasillamiento en lo conocido) viene determinado en cierta forma por ese espíritu caritativo, que hace que sea más habitual que una persona "se enternezca" y desee sacar su caridad que por contra desarrolle la empatía.

    Y mientras siga pasando esto, costará reconocer que las AACC en l@s niñ@s requieren apoyos educativos especiales, pero sin que ello suponga que se trate de un problema.

    ResponderEliminar
  6. Jordi, muchas gracias por resaltar esa acotación: un informe de alta capacidad intelectual denota una IDENTIFICACIÓN, no un diagnóstico. Esto segundo nos lleva directamente a la connotación de "problema" o "enfermedad"...
    Gracias!!!!

    ResponderEliminar
  7. Para que avance algo la sicología deberían de resolver ese difiicicilisisimo problema de los diagnósticos conflictivos, que pasaría con los profesionales de otras ramas si hicieran aseveraciones conflictivas, seguro les quitan el t'itulo, investigan la universidad, y reoraganizan el pensum académico, o quiza la sicología entro al salón de la ciencia por la ventana.

    ResponderEliminar

MUJER, EDUCACIÓN Y CULTURA

MUJER, EDUCACIÓN Y CULTURA
Pincha la imagen para acceder al blog

APRENDER Y DIVERTIRSE...¡¡TODO EN UNO!! (blog)

APRENDER Y DIVERTIRSE...¡¡TODO EN UNO!! (blog)
¡Pincha la foto para ir al blog!

GTA de AACC

GTA de AACC
Grupo de Trabajo y Apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales (blog)

DISLEXIA: INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN

GENTE DISRUPTIVA

GENTE DISRUPTIVA
(acceso al blog a través de la imagen)

Entradas populares